No nos consideramos parte de lo que
nuestro gobernador define como “fundamentalismo ambientalista”.
Pero no podemos callar ante las
reiteradas descalificaciones que se hace sobre quienes en forma individual, o
ejerciendo representaciones públicas e institucionales advertimos sobre los
impactos negativos para el ambiente, de las explotaciones de hidrocarburos, en
cualquiera de sus formas, pero en particular del “fracking”.
Y si aparecen reacciones
“fundamentalistas” entre quienes defendemos la calidad del ambiente, no son mas
que consecuencias del “fundamentalismo extractivista” que promueven los
gobernantes y las empresas afines.
La consigna “No al Fracking” es una
reacción contra el “Sí al Fracking” enarbolado por el gobierno y sustentado en
una carísima propaganda financiada por el Estado.
Nos pareció, además, una afrenta, una
especie de “mojada de oreja” (en términos callejeros) la reunión en Neuquén del
Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) y que el tema “fracking” haya sido
uno de los considerados, pero no para rechazarlo, sino para discutir formas de
cómo insertarlo en las políticas ambientales.
Se trató de un agraviante absurdo, como
que el gobernador Sapag haya utilizado su discurso inaugural del COFEMA para
hablar de las bondades del “fracking” y atacar a quienes no comparten sus
criterios.
Se volvió a hablar de controles y de
experiencias internacionales. Pero se trata de conceptos falaces, de “medias
verdades”, si es que existen. Nuestra Argentina tiene una larga y triste
historia de falta de controles de las cuestiones ambientales (y de otras), que
desembocaron en desastres ambientales irremediables. Y en esta historia,
nuestra recuperada YPF, antes de ser privatizada, tiene responsabilidades
directas tanto como sus contratistas.
¿Por qué creer ahora que los controles
serán eficientes?. Sobre todo por la “desesperación” que demuestran nuestros
funcionarios por atraer inversiones e inversores, que los convierten en débiles
y permeables. Baste recordar la reciente visita del subsecretario de Energía de
los EE.UU que en su estadía en Neuquén, exigió reglas claras para las empresas
de sus país o las cláusulas no conocidas del convenio con Chevron, que por algo
se mantienen como secreto de Estado.
Ratificamos lo que venimos sosteniendo
desde hace años: Neuquén y otras provincias patagónicas, están siendo
condenadas a ser “un territorio de sacrificio” para que el país supere la
severas crisis energética provocada por la falta de previsiones de sucesivos
gobiernos nacionales y provinciales.
Beatriz Kreitman
Diputada de la
Provincia de Neuquén
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Ricardo Villar
Presidente CC ARI
Neuquén
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